viernes, 14 de marzo de 2008

Cita del día

“La gran ambición y la conquista sin contribución al bien común no tienen ningún valor.”

Ahora pregunto: ¿cuál será vuestra contribución?

miércoles, 12 de marzo de 2008

El encuentro de lo olvidado

Ayer, mientras estaba buscando unos documentos en el ordenador y ordenando algunos archivos, me topé con uno especialmente curioso, un archivo que no recordaba de su existencia, pero que siempre había estado allí, es más, lo transcribí y guardé cuando aún estaba iniciándome en éste camino de la era electrónica, o eso creo recordar ahora. Quiero compartir con todos este documento, es un escrito, quizá el más famoso de Max Ehrmann, un autor poco conocido, titulado Desiderata y que dice así:

Camina plácidamente entre el ruido y las prisas, y recuerda la paz que pueda haber en el silencio. Siempre que sea posible, sin rendirte, llévate bien con todas las personas. Di tu verdad claramente y con serenidad; y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante; también tienen una historia que contar. Evita a las personas ruidosas y agresivas; son vejaciones para el espíritu. Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado, pues siempre habrá personas mejores y peores que tú. Disfruta de tus logros tanto como de tus planes. Conserva el interés en tu profesión, por humilde que esta sea; es una posesión real en los turbulentos cambios de la fortuna. Sé precavido en los negocios, porque el mundo está lleno de astucias. Pero que esto no ciegue tus ojos ante la virtud que existe; muchas personas luchan por altos ideales, y en todas partes la vida está llena de heroísmo. Sé tú mismo. Sobre todo, no finjas afecto. Tampoco seas cínico con el amor; porque ante la aridez y el desencanto, es tan perenne como la hierba. Acepta mansamente el consejo de la edad, y renuncia con elegancia a las cosas de la juventud. Nutre la fortaleza del espíritu para que sea un escudo ante la desgracia inesperada. Pero no te turbes con negras fantasías. Muchos miedos nacen del cansancio y la soledad. Más allá de una sana disciplina, sé suave contigo mismo. Eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a existir. Y tanto si lo ves claramente como si no, el universo evoluciona tal como debe. Por lo tanto, vive en paz con Dios, no importa cómo Lo concibas. Y sean los que sean tus afanes y aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida, vive en paz con tu alma. Con todos sus fraudes, su rutina y sus sueños rotos, es un mundo hermoso. Sé alegre. Lucha por ser feliz.

En éste texto, el autor nos describe cómo debemos vivir y en virtud a qué. Me abstengo de ningún otro comentario, saquen sus propias conclusiones: "Alea jacta est".

martes, 11 de marzo de 2008

No recordar acomete una gran responsabilidad

Día a día, momento a momento, intentamos olvidar los malos momentos y pasarlo lo mejor posible; siempre creemos que es necesario no haber cometido uno u otro error pero, ¿que hubiera pasado si no lo hubiésemos cometido? Simple y llanamente no seríamos como somos hoy día, como alguna vez oí decir a alguien "somos la suma de nuestras experiencias", y también oí decir " de los errores se aprende", ambas máximas con las que estoy totalmente de acuerdo. Ahora bien, podemos aprender de nuestros propios errores pero, ¿y de los errores de los demás? Por supuesto que sí, considerando error a todo lo que vaya contra la ley moral del hombre y afecte a éste o a lo que le rodea de una forma psíquica, física, o físico-psíquica; así pues no debemos olvidar las grandes catástrofes de la historia como no debemos olvidar que no debíamos haberle hecho algo a un amigo sin quererlo o sin saber las consecuencias que ello podía acarrear. No debemos olvidar en un día como hoy los ideales equívocos de aquellos que atentaron contra gente, gente inocente que viajaba en transporte público para poder acometer su tarea diaría, para poderse ganar el dinero con el que llevarse el pan a la boca, para poder vivir un día más, aunque, aquel día hace ya cuatro largos años, no fue sino para marcar la contraposición de lo que todas estas personas, con las que ahora no podemos contar entre nosotros, iban a realizar ignorando lo que se les venía encima. No debemos olvidar nunca la historia, a aquel que no le guste la historia y que piense que es aburrida y no sirve para nada no tiene un concepto bien asentado de lo que es en realidad ésta para el pueblo, es como un arquitecto que constituye dónde deben ir los pilares de la casa, la situación de sus muros de carga, etc... y que poco a poco la va definiendo y construyendo; siempre hay mejores o peores arquitectos que intentan crear peores o mejores eficios, pero que siempre intentarán ser mejorados por sus sucesores en base a los errores cometidos por sus maestros y que ellos deben paliar, no sin olvidar lo que antes fallaba para poder remediarlo.

Con respecto a lo anteriormente citado, busco una reflexión ante lo que somos y lo que debemos hacer, debemos buscar el bien común sin olvidar los fallos de los que nos precedieron para así poder paliarlo de la mejor manera posible mediante la coexistencia de los pueblos y el entendimiento interracial, para así poder crear un mundo más puro y libre y en el que todos nos podamos sentir a gusto, sin tener miedo al salir a la calle, con la total y absoluta certeza de que no nos sucederá nada, pues todos los que nos rodean serían nuestros salvaguardas propios al igual que nosotros los suyos.

lunes, 10 de marzo de 2008

Un año al año no hace daño

Siempre he pensado que el tiempo pasa por alguna razón, esa dimensión que es congénita al hombre y que sólo él ha intentando dominar o modificar de cualquier forma posible, ya sea mediante utensilios mecánicos, inventos rudimentarios u otro tipo de objetos que se nos puedan pasar por nuestra mente o, incluso, que no podamos ni imaginar. Se puede ver que mucha gente tiene miedo al tiempo, veáse un pequeño mito infantil como es el del capitán Garfio que, en la película Hook, nos muestra que, realmente, no tenía miedo únicamente al bestial reptil en cuyo estómago se hallaba un reloj de mesa que sonaba constantemente, el cocodrilo, sino al paso del tiempo y a sus consecuencias. Al contrario que éste, en Cuatro corazones con freno y marcha atrás, obra de teatro escrita por Enrique Jardiel Poncela, se nos relata cómo la vida eterna se puede hacer pesadumbre e, incluso, que el sueño del ser eterno que tiene el ser humano puede ser insufrible si somos nosotros los únicos que no envejecemos y vemos pasar el tiempo de los que están alrededor nuestro sin que el nuestro sea ni simplemente trastocado, al igual que le pasaba a Connor McCloud en la saga de Los Inmortales, aunque por otras circunstancias subyacentes diferentes a las anteriores. Ni que decir que el hombre ha querido conocer siempre lo que no ha podido hallar ni contemplar, o ver lo que hacían otros a los que tanto alaba pero que no ha conocido, unos ídolos y unos ideales sin contemplar, solo desde la vista de otros que han preferido criticarlos y/o exaltarlos de una u otra manera, así H.G.Wells en su novela La máquina del tiempo, así como en la película del mismo nombre, podemos ver como Alexander Hartdegen lucha por la búsqueda del momento que le fue arrebatado y por los momentos consiguientes a éste.

Así pues, y con todo esto, hago un llamamiento a cada uno, vivid la vida día a día ("Carpe Diem") y aprovechad cada momento, pues aunque el hombre halla intentado conseguir manipular el tiempo, lo único que ha conseguido es someterse a él, sobretodo en las grandes urbes y, por lo tanto, somos exclavos de algo que hemos intentado controlar y que nos ha dominado aún sin saberlo. No olvideis a quienes teneis al lado, sed vosotros mismos, disfrutad de lo que se os da y no os quejeis por lo que no tengais sino que hay que intentar hallarlo, pues hay muchos que tienen más que vosotros, materialmente hablando, pero ¿son más felices por tener más?

domingo, 9 de marzo de 2008

La "democracia" como "mejor sistema" para el pueblo

El pueblo siempre ha sentido la necesidad de ser gobernado por alguien o algo que le dijese lo que hacer, algo supremo a lo que atender, ¿cómo si no nacieron las religiones? Las religiones nacieron, sencillamente, porque la gente necesitaba de un ser supremo que le dictaminase lo que debía hacer y a las razones que debía atender para ello mediante la mediación de unos sacerdotes que podían comunicarse con éste ser superior. Ahora bien, con el tiempo ésto se fue devaluando y se empezaron a crear grandes dinastías en las que se creía el poder de Dios en manos del hombre, el rey era el portador del poder de Dios y, por lo tanto, lo que él dijese estaba bien dicho, pues había sido elegido por poderes supremos a los entendibles por el hombre racional de aquella época. No mucho tiempo más allá del que se pueda imaginar se empezó a crear aquello a lo que tanto quieren muchos, pues ya lo decía don Francisco de Quevedo y Villegas: "poderoso caballero es don Dinero", y así es, pues todo se hace por él y por conseguirlo, hasta las más rastreras y asquerosas astucias son consentidas mientras se halle ese propósito mostrando así que el fin justifica los medios, al contrario de lo que dictamina nuestra moral; naciendo así la gran burguesía que hoy rige nuestras vidas. A la misma vez que esta burguesía, empezó a nacer un movimiento de proletariado y de levantamiento social que ha caracterizado los últimos siglos de la vida del hombre en la Tierra, una revolución que nos ha hecho llegar a un sufragio universal por el que todos somos iguales y capaces ante la ley y ante nuestros semejantes pero... ¿realmente somos semejantes? ¿todos ganamos lo mismo? ¿tenemos todos las mismas oportunidades? ¿vive igual un ministro que una persona de la clase baja? ¿y un senador? No señoras y señores, la democracia no existe, todos somos iguales ante la ley, sí, todos pagamos a Hacienda (bueno, casi todos, a excepción de algunos muy privilegiados o de otros que son opuestamente lo contrario), y nuestro voto cuenta, pero siempre el más fuerte es quién va a ir a intentar ayudarnos, el que va a decir que va a dar la cara por nosotros, aquel que se va a vender a la mínima al burgués más poderoso y que luego nos va a contar bulas tremebundas para tenernos contentos con unos pocos proyectos de ley que no palian nada de lo necesario mientras nos aumentan la carestía de vida y hacen casi imposible una holgura monetaria de nuestros ingresos, además de otras muchas cosas.

Señoras y señores, siento decirles que son engañados como perros que muerden la carne envenenada, como ratas que persiguen el queso en la trampa, solo son parte del juego, no les importan lo más mínimo a sus gobernantes, bueno sí, alguno habrá y para los otros solo les importa su presencia y sus votos, su voto más concretamente. No se dejen engañar por nadie, opinen por sí mismos, búsquense la vida pues nadie se la va a buscar a ustedes e intenten vivir a gusto con sigo mismos y con los que les rodean. Sean felices y no busquen la amargura de otros, solo hagan lo que crean mejor dejándose aconsejar pero cotejando los datos que se les ofrecen y no solo unos que les suministren en sus propias manos pues esos, seguramente, son los que estén manipulados.

Solo me queda decir: " La vida no es justa ni injusta, simplemente es" y por eso la debemos mejorar, para que sea como es, pero mejor, sin rencores ni odios, solo con alegrías. Sed felices y haced felices a los que os rodean, sin entrar en disquisiciones externas a los sentimientos personales.

sábado, 8 de marzo de 2008

"¿Ser o no ser?" El eterno dilema

Después de la muerte de su hijo, Hamlet, el gran autor inglés que renovó el teatro anglosajón y le dio la vuelta a éste panorama actualizándolo, Shakespeare, realizó en honor a éste la obra del mismo nombre basándose en historias relatadas en la época y adaptándolas al teatro a su antojo y bajo su cómplice firma. Destacando en ésta obra el "Ser o no ser, esa es la cuestión" en un monólogo realizado por Hamlet se puede ver la preocupación por el autor de todo lo relacionado al ser y a lo que somos, a lo que podemos ser, a nuestra potencialidad y a nuestro ánimo para afrontar el destino. El hombre lleva miles de años preguntándose por sí mismo, preguntándose el por qué de las cosas y solo hemos llegado a la conclusión de cosas vanas pero de ninguna inherente al inicio de nuestra naturaleza, ni de lo que somos, ni de cómo podemos ser. Qué más decir que el camino es pedregoso y laborioso, que se ha de asfaltar para poder ser pisado sin resultar con ningún rasguño, pero que hace falta trabajarlo para poder tener ese asfalto bien asentado y que no sufra ningún percance al caminar por él; suerte que el destino nos ha facilitado la labor de tener el material para conseguirlo, pero no los motivos ni las circuntancias por las que debemos hacer eso, solo sabemos que lo debemos hacer pero, ¿por qué?...