lunes, 10 de marzo de 2008

Un año al año no hace daño

Siempre he pensado que el tiempo pasa por alguna razón, esa dimensión que es congénita al hombre y que sólo él ha intentando dominar o modificar de cualquier forma posible, ya sea mediante utensilios mecánicos, inventos rudimentarios u otro tipo de objetos que se nos puedan pasar por nuestra mente o, incluso, que no podamos ni imaginar. Se puede ver que mucha gente tiene miedo al tiempo, veáse un pequeño mito infantil como es el del capitán Garfio que, en la película Hook, nos muestra que, realmente, no tenía miedo únicamente al bestial reptil en cuyo estómago se hallaba un reloj de mesa que sonaba constantemente, el cocodrilo, sino al paso del tiempo y a sus consecuencias. Al contrario que éste, en Cuatro corazones con freno y marcha atrás, obra de teatro escrita por Enrique Jardiel Poncela, se nos relata cómo la vida eterna se puede hacer pesadumbre e, incluso, que el sueño del ser eterno que tiene el ser humano puede ser insufrible si somos nosotros los únicos que no envejecemos y vemos pasar el tiempo de los que están alrededor nuestro sin que el nuestro sea ni simplemente trastocado, al igual que le pasaba a Connor McCloud en la saga de Los Inmortales, aunque por otras circunstancias subyacentes diferentes a las anteriores. Ni que decir que el hombre ha querido conocer siempre lo que no ha podido hallar ni contemplar, o ver lo que hacían otros a los que tanto alaba pero que no ha conocido, unos ídolos y unos ideales sin contemplar, solo desde la vista de otros que han preferido criticarlos y/o exaltarlos de una u otra manera, así H.G.Wells en su novela La máquina del tiempo, así como en la película del mismo nombre, podemos ver como Alexander Hartdegen lucha por la búsqueda del momento que le fue arrebatado y por los momentos consiguientes a éste.

Así pues, y con todo esto, hago un llamamiento a cada uno, vivid la vida día a día ("Carpe Diem") y aprovechad cada momento, pues aunque el hombre halla intentado conseguir manipular el tiempo, lo único que ha conseguido es someterse a él, sobretodo en las grandes urbes y, por lo tanto, somos exclavos de algo que hemos intentado controlar y que nos ha dominado aún sin saberlo. No olvideis a quienes teneis al lado, sed vosotros mismos, disfrutad de lo que se os da y no os quejeis por lo que no tengais sino que hay que intentar hallarlo, pues hay muchos que tienen más que vosotros, materialmente hablando, pero ¿son más felices por tener más?

No hay comentarios: